Periódico el Constituyente felicita con satisfacción y enorme orgullo a la juventud panameña en general.
En el año 1964 un nueve de enero siendo también estudiante y con 13 años de edad llegando a casa de mi amada abuela ubicada en la calle segunda de la catedral a la altura de la plaza de sata Ana me entere que los compañeros estudiantes del glorioso nido de las águilas (INSTITUTO NACIONAL) salían al chorrillo perseguidos por policías y estudiantes zonnias hacían un llamado a la población de unirnos para protestar contra el ultraje a nuestro pabellón nacional, y a la figura física de muchos de ellos un grupo de ciudadanos, GRITO: VAMOS PARA LA CUATRO DE JULIO!!! corrimos la distancia de allí a esa línea divisoria del enclave colonial conocido como zona del canal.
se dieron los hechos sangrientos con 22 muertos y miles de heridos con balas de fusiles de alto calibres que disparaban las soldadesca del ejercito mas poderoso del mundo (por aquel entonces el de Estados Unidos de norte América).
No nos detuvieron los tanques de guerra ni las balas asesinas. Menos aun lo aran policías ni el jenízaro ejercito exclusivo de SENAFROT (ESBIRROS DEL COMANDO SUR DE LOS ESTADOS UNIDOS). Tampoco serán los oligarcas que nos vendan como colonia a EL CANADA, COREA, Y LA CHINA. No serán los diputados coimeros que ya recibieron un millón y medio cada uno por firmar el contrato minero, entregando la patria por unos cuantos dólares.
Hoy los jóvenes enfrentados a un grupo de delincuentes forajidos, carroñeros y codiciosos a apartidas diligentes de un gobierno cullo poder soberano pertenece al pueblo.
Esos mismo cuídanos pensantes y responsables, empeñados en preservar las dignas soberanía de la patria están en pie de lucha, inmolando aquella gloriosa gesta pasadas mas de seis décadas. Y como siempre una vez mas la juventud lleva los estandartes de la lucha, que sin tregua ni descanso seguro nos llevaran a la victoria.
VIVA PANAMA!
VIVA SU VALIENTE PUEBLO
VIVA LA JUVENTUD GLORIOSA POR QUE SON LA SABIA QUE NUTRE LA PATRIA
Carlos Castillo
¡GRACIAS, JUVENTUD!
Miguel Antonio Bernal Villalaz
“Un día vendrá la juventud y golpeará la puerta”
Nuestro Panamá ha retomado nuevos bríos dentro de su acontecer cotidiano y, ante el trauma que atraviesa nuestra sociedad llena de desigualdades, gracias a la decisión de su juventud de entrar al escenario social sin titubeos.
Las manifestaciones multitudinarias de los últimos días, en las cuales destaca la masiva participación de jóvenes de todas la edades, han vuelto a poner de manifiesto no solo el malestar social -que asfixia a la gran mayoría de los habitantes, a lo largo y ancho del territorio nacional- sino también la expresa voluntad cívica y pacífica de ponerle coto a los abusos de todo tipo y que, en todo terreno, viene practicando el partido en el poder, sus satélites y, particularmente quienes ocupan los puestos de dirección de los tres Órganos del Estado.
El leonino, antipatriota y anticonstitucional contrato con la minera ha sido el detonante que ha desbordado las calles, avenidas, carreteras, pueblos y ciudades del espacio nacional. El pueblo panameño se ha vuelto a volcar pacíficamente y, una vez más, a expresar su total repudio al estado de cosas imperante de parte de la empresa criminal gobernante.
A partir de ahora, Panamá entra en una nueva vorágine en la que, la locura dionisíaca de los que gobiernan, tropezará con crecientes obstáculos humanos y ciudadanos que le impedirán acometer su perverso propósito de dejarnos sin país, sin nación, sin república y, también sin presente, ni futuro.
Hay que agradecer a nuestros jóvenes por devolver la esperanza, para muchos perdida, de que podemos alcanzar los cambios necesarios para salir del pantano en que nos hunden el gobierno PRD, la partidocracia y los sectores empresariales cegados por sus mentalidades fenicias.
Una vez más, nuestra juventud y la población dan muestra de su nobleza, espíritu cívico y pacifismo, contrariamente a la brutalidad y agresividad policiaca que anhela oprimir con sus botas y sus vándalos, la conciencia nacional.
“La revolución viene, la presiento. Y noto que está cerca. Cualquiera empuja hacia delante exclamando: ¡Atrás ante mi! Y todos los demás se lanzan tras él, y gritan: ¡Haced sitio, sitio, sitio! Si, tenga cuidado doctor. Un día vendrá la juventud y golpeará la puerta!”. [Ibsen]
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