Por: Jaime Cheng Peñalba
Las protestas que se iban a generar a raíz de la firma del contrato minero entre el gobierno de Laurentino Cortizo y la Transnacional minera al parecer ya habían sido calculadas. Lo que no se pudo contemplar fue la magnitud que las mismas iban a tener en todo el país.
Los asesores en asuntos de seguridad del Presidente Minero aconsejaron un “espacio de silencio” para amortiguar el efecto de las protestas y en su momento dar declaraciones a “cuenta gotas” como un anestésico. No obstante, la magnitud y la exaltación de las protestas crearon un susto en los sectores empresariales que en unión del gobierno decidieron pasar a la siguiente “FASE” para contener la ola de descontento. La nueva receta es la siguiente:
1. El desprestigio de dirigentes por medio de glosas y editoriales para contribuir con el trabajo “sucio” y poder crear división en la población.
2. La fase de “intimidación” contra dirigentes recurriendo a las detenciones selectivas y amenazas típicos de la guerra fría. También se han empleado torturas tanto físicas como psicológicas.
3. El uso de “voceros” no oficiales en los medios televisivos para crear un clima de desesperación en la población por los cierres de calles apelando a un discurso “humanitario” para ablandar manifestantes.
4. Crear una atmósfera de que “todo se arregló” con la firma de la moratoria a contratos mineros futuros. Recordemos que este fue el último mensaje del Presidente.
5. Llamar a la normalización de actividades como las clases presenciales para que “entremos de nuevo en el carril” y que todo terminó.
Por medio de la televisión y la prensa escrita se procurará mandar un mensaje a la población de que ya “todo acabó” y volvemos a la normalidad. Es tal el nivel de “odio” hacia sectores del pueblo panameño por parte de los grupos económicos dominantes que incluso se llegó al extremo de publicar un editorial con tintes racistas en contra de los pueblos originarios. Pregúntense ¿quiénes son los propietarios de éste periódico y a qué candidato presidencial apuestan?
Voceros empresariales y supuestos “líderes comunales” ya salieron a la palestra para denunciar los cierres de calles que afectan “la salud y el comercio del pueblo panameño”. Sin embargo, al parecer la explotación minera no afecta la salud de las actuales y futuras generaciones. Clara estrategia de ocasionar el divisionismo contra los sectores que aún se mantienen en protesta contra el “contrato entreguista” que la mayoría de los panameños repudiamos.
En un tiempo se utilizaban las declaraciones de los líderes religiosos en Panamá para llamar a la “paz social” y “adormecer los reclamos” de los movimientos sociales, sin embargo, en la actual coyuntura muchos de estos líderes religiosos se han ido con los reclamos de la población hastiada de los gobernantes corruptos que hemos tenido.
El Manual de Seguridad empleado por el actual gobierno recomienda “desviar” la opinión hacia otros temas como lo son el caos y la desesperación de la población. Desviar el tema central sobre la devastación del medio ambiente y la salud de la población que causa la presencia de la explotación minera hacia el desabastecimiento de alimentos por “culpa de los cierres”, es decir pasar de “villanos” a “víctimas de las protestas”.
Si hay algo que han puesto en evidencia las protestas contra la presencia de las compañías mineras en Panamá es el hecho de que toda la llamada “clase” política resultó ser la misma cosa. Sus intereses por encima de la población.
Noten que la fuerzas de las manifestaciones desnudó las verdaderas intenciones de la mayoría de los actuales candidatos que al final de cuentas resultaran ser socios o empleados de las compañías “piratas mineras” y se quedaron sin discurso de contra propuesta.
No es el momento a mi juicio de bajar la intensidad de las luchas en las calles ya que el verdadero problema que es la derogación de la ley 406 no se ha resuelto. La serpiente puede estar herida pero no ha perdido su veneno. Tampoco se trata de esperar sentado la resolución de la Corte Suprema de Justicia pues la misma puede resultar en otro truco para “enfriar las protestas”.
Los medios televisivos al servicio de los “explotadores” de este país y que en su momento tuvieron mayor efecto desinformativo se encontraron con el obstáculo de medios alternativos de comunicación y redes sociales que han jugado su papel en la descodificación de los mensajes subliminales de la desmovilización.
La llamada “clase política” y los sectores económicos dominantes se han asustado y ya saben de donde realmente emana el verdadero poder de una genuina democracia.
No perdamos el horizonte de la lucha. Es tiempo de ser más reflexivo y analítico sobre lo que nos pretenden una vez más los medios de comunicación que están al servicio de los sectores más retrógrados y entreguistas en nuestro país.
¡ LA PELEA ES PELEANDO¡
¡UN PUEBLO UNIDO, JAMÁS SERÁ VENCIDO¡
JAIME CHENG PEÑALBA
Comments