Por: Jaime Cheng Peñalba
El hecho de que la aprobación del contrato minero se diera por arte de la Asamblea de Diputados y del Presidente Laurentino Cortizo de forma “meteórica” es indicador de que para la mayoría de los políticos que fueron escogidos por el voto popular son más importantes sus intereses particulares que la voluntad soberana de la sociedad panameña.
También es una vez más revelador que el famoso discurso de “oposición” solo cumple con una doble moral y forma burda de manipulación. Esto se evidenció mediante los 44 votos emitidos a favor del contrato minero por parte de diputados “oficialistas” y de la “falsa oposición” que flaco favor le hacen a la estabilidad social del país.
Las controversias pre fabricadas entre el gobierno y la “falsa oposición” nos indican una vez más que ellos mantienen un pacto de no “agresión” que ha sido concebida desde que la “partidocracia” irrumpió en el sano desarrollo de una democracia participativa sin lineamientos de ninguna especie.
Varias semanas antes de la aprobación del contrato se veía venir la intención del gobierno y de la empresa minera de llegar a un supuesto acuerdo otorgando más “bondades” para el pueblo panameño en la cual una campaña propagandística que cuesta millones en televisión presentaban cuenta de ello.
Si el PRD y los partidos tradicionales votaron por “línea partidaria” cometieron una vez más un error político que les traerá resultados bien adversos. A diferencia de la opinión de que una propaganda manipuladora puede revertir impactos productos de una mala decisión, lo cierto es que hoy día un segmento mucho más grande de la población no se “traga el cuento de las propagandas”. Sí lo hicieron por dinero, peor aún, puesto que la falta de credibilidad que la sociedad panameña siente hacia los sectores políticos tiende a agigantarse cada vez más producto de estas acciones.
En esta coyuntura, el PRD apostó más a su esencia como partido que responde a una clase social hegemónica que al discurso populista de ocasiones anteriores. Y es que el PRD no parece todavía haber aprendido las lecciones de la crisis de finales de los ochenta en la cual su “matrimonio” con los cuarteles les pasó factura incluso usando la propaganda famosa de “No a la sedición”.
Apenas pocas horas después de haber sancionado el contrato minero, el Gobierno de Laurentino Cortizo pretende repicar sobre las bondades de dicho acuerdo utilizando a varios de sus “esbirros” como el Ministro de Ambiente y el Ministro de Comercio quienes sin desparpajo y ante miles de televidentes le atribuyen la culpa de las manifestaciones al “ambiente electoral” lo cual se traduce en una nueva falta de respeto a la opinión pública. Entre hacerse el “harakiri” político y aprobar el contrato minero lesivo a Panamá, el PRD escogió la primera opción. Pero también la escogieron los “falsos candidatos de oposición” quienes prefirieron pasar agachados y con su silencio apoyar la decisión del gobierno.
El único discurso ya pasado de “tiempo” con la cual el PRD pretende convencer al público votante panameño parece ser su “gestión en Pandemia” con la cual Gabriel Carrizo, el candidato oficialista intenta contra reloj “vender la gestión PRD” como única e irrepetible. Sin embargo, el mismo no les va a alcanzar ya que el PRD apostó una vez más a su sacrifico como colectivo que ver “con las luces largas” como dijera su mentor Omar Torrijos Herrera.
Esta obtusa jugada política no solo le costará el cargo de elección para el puesto a la Presidencia, sino que también, pasará la cuenta a todos los diputados que sueñan con su “reelección”. ¿Quién votaría por ellos? El significativo “voto duro” que ha sido su apuesta en cada contienda electoral ya no es tan sólido pues parte del mismo se lo llevará casualmente un ex miembro del partido e hijo del General.
JAIME CHENG PEÑALBA
SOCIOLOGO Y DOCENTE PANAMEÑO
Comments